Mark Powell, Bic biro on 1894 envelope
Introducción al problema:
Georges Bataille defiende el comienzo
del arte moderno con Manet argumentando que los sujetos representados desafían por
primera vez los contextos tradicionales.
Las obras Le Dejeuner sur l’herbe y
Olympia de Manet marcan el comienzo de una nueva relación entre el espectador
tradicional, acostumbrado a considerar el desnudo femenino portador de belleza
ideal, como en las venus y las “madonnas”, y la realidad contemporánea, en la
que el cuerpo femenino es una mercancía. Hubo cierta transición, constituida
por los pintores orientalistas y sus representaciones de esclavas y harenes,
culminando en La Grande Odalisque de Ingres (1814). Pero no es hasta 1863, año
en el que Manet presenta su obra Olympia, cuando realmente comienza esa
transmutación de significados en el cuerpo femenino. El cuadro causó escándalo,
no por el desnudo en sí, sino por mostrar la elegante artificialidad de una prostituta
con su mirada directa al espectador, dignificando su condición de clase
inferior, con el distante desdén que le da la belleza de su cuerpo como
producto caro y valioso.
Hay que resaltar que en esa época, la
fotografía marchaba por detrás de las estrategias innovadoras que se producían
en pintura; ejemplo de ello es la fotografía pictorialista y su apropiación de
los modelos tradicionales pictóricos de las “madonnas” y venus, como en la obra
de Oscar Rejlander, After Raphael sistine madonna (1857) y la de Julia M.
Cameron, Divine Love (1865).
Paradójicamente, estas estrategias de apropiación
de los gestos de los modelos pictóricos, son utilizadas por artistas contemporáneos
como Cindy Sherman en la serie fotográfica Historia de la pintura, en obras
como Lakshimi (1992) de Dany Leriche y en perfomances como la parodia sobre la
Olympia de Manet, de C. Schneemann y R. Morris.
Douglas Huebler, en los años setenta,
tiene una interesante obra en torno a la conjunción entre el rostro
fotografiado y el lenguaje que es capaz de expresarlo. Su Variable Piece #101,
West Germany (1973) está formada por diez fotografías en b/n del rostro de su
amigo, el artista Bernd Becher. Cada retrato adopta una “pose” que intenta
reflejar la cara de una serie de “tipos humanos”. Huebler describe el proyecto:
“En diciembre de 1972 hice una secuencia de fotografías a Bernd en el momento
en que consiguiera la mejor cara de un cura, un criminal, un amante, un viejo,
un policía, un artista, la propia cara de “Bernd Becher”, un filósofo, un
espía, un tipo simpático… en este orden.
Dos meses después le mandé las
fotografías a Bernd, para evitar que las recordara, las numeré de forma
diferente a la secuencia en que se hicieron y Becher respondió que eran
correctas las asociaciones visuales con los términos verbales."
El trabajo de Huebler intenta
ejemplificar cómo imbricar el lenguaje al mismo tiempo que las imágenes
fotográficas. En este proyecto, diez expresiones faciales diferentes de Bernd
Becher han sido arbitrariamente correspondidas con diez palabras que denotan
profesiones o tipos sociales. A la vez, la pieza en su conjunto tiene que ver
con la manera en la que el lenguaje acuerda el significado con el hecho visual.
El trabajo, en este caso, pretende ser una demostración de la superioridad del
lenguaje para hacer prevalecer opiniones estereotipadas: “Estoy hablando acerca
de la irresponsabilidad del lenguaje”. Huebler argumentaba que su interés
primario, “es liberar la naturaleza de la imposición del lenguaje, la mitología
y la literatura.”
Trabajo gráfico de Mark Powell:
Para el estudio de más obras, ver la página de flickr de Mark Powell:
https://www.flickr.com/photos/markpowellart/Trabajo gráfico de Wonil Suh:
Wonil Suh
Estudio de sus Álbunes:
The presence underneath
Structures series
What we are